Mi top ten de la arquitectura regionalista en Sevilla (I)

El primer tercio del siglo XX, la ciudad de Sevilla sufre una impresionante transformación urbanística y arquitectónica. Diversos factores lo hicieron posible y el hecho histórico que parece más decisivo fue, con sus luces y sus sombras,  la Exposición Ibero-Americana de 1.929.

 El denominado "regionalismo" se concibe como un movimiento arquitectónico singular que arquitectos andaluces y particularmente sevillanos implementaron en aquellos años (1) con un lenguaje propio muy ligado a lo local.

Aníbal González es sin duda el nombre más conocido, pero no, por supuesto, el único. Otros dos nombres imprescindibles son los de Juan Talavera y Heredia y José Espiau y Muñoz. Además una larga lista de nombres como los hermanos Gómez Millán (Aurelio, José y Antonio);  Antonio Arévalo Martínez; Ramón Balbuena y Huertas; Pedro Fernández de Heredia; Luis Fernández Palacios; Mariano González de Rojas; José Granados de la Vega; Pablo Gutiérrez Moreno; Romualdo Jiménez Carlés; Juan José López Sáez; Ricardo Magdalena Gallifa; Pedro Sánchez Núñez o Vicente Traver y Tomás.

Tampoco debe olvidarse mencionar a Simón Barris y Bes uno de los precursores del regionalismo y a otros arquitectos e ingenieros no sevillanos que también hicieron una importante aportación.

Hacer un listado de diez obras representativas de la arquitectura regionalista es una obra -nunca mejor dicho- de gran complejidad: tanto porque merecería la pena hacer más que un top ten, un top hundred (tarea a la que no renunciamos) como por lo injusto que es, al tener que excluir necesariamente infinidad de excelentes obras.

Con todo, ofrecer un ránking de diez edificios de todo tipo emblemáticos del regionalismo es mi modesto homenaje a esa increíble generación de creadores y artistas que contribuyeron de manera tan decisiva a embellecer aun más a Sevilla.

Los territorios del regionalismo son fundamentalmente el sector sur (avenida de la Palmera y Porvenir); Triana; Nervión, Ronda Histórica y Casco Antiguo. La Palmera es deliciosamente regionalista, el Porvenir es esencialmente regionalista; el Casco Antiguo es medieval, mudéjar, barroco... y también y mucho regionalista.

Entrando en materia, la obra cumbre del regionalismo por su espectacularidad es la Plaza de España, obra de Aníbal González. Por ello, le otorgamos el número 1. Sobran las palabras.

1

Muy cerca de la Plaza de España, también correspondió a Aníbal González el diseño de la Plaza de América. Entre los edificios de esta Plaza se cuenta el antiguo Pabellón Mudéjar de la Exposición del 29, hoy Museo de Artes y Costumbres Populares, al que hemos otorgado el segundo puesto de este top ten.

2

Además de usos turísticos o expositivos comos los anteriores, el regionalismo construyó el hotel más hermoso y lujoso de la ciudad: el Hotel Alfonso XIII. Aparece ya el segundo nombre de la tripleta más afamada: José Espiau y Muñoz.

3

No podemos esperar más sin referirnos a Juan Talavera y Heredia que, entre otras cosas, fue arquitecto municipal. Una de las características del regionalismo es -a mi juicio- su rebeldía o inclasificabilidad, es decir un lenguaje, un estilo, una consciencia, da lugar a multiplicidad de expresiones.El edifico de Telefónica de Plaza Nueva es quizás un regionalismo barroco -perdóneseme la expresión-

4

Si acabó la avenida de la Constitución con el edificio de Talavera, en el punto opuesto nos encontramos el antiguo Teatro Coliseo, hoy sede de la Agencia Tributaria de Andalucía... antes era mejor, frente a la magia del teatro, los impuestos y las multas.José y Aurelio Gómez Millán son los arquitectos del edificio.

5

  Por razones de espacio nos detendremos aquí, completando el decálogo en una nueva entrada.







(1) Vid: VILLAR MOVELLÁN, A: Arquitectura del Regionalismo en Sevilla,, Diputación de Sevilla, 2ª edición, Sevilla, 2010