miércoles, 1 de agosto de 2018

Las capillas mudéjares de la Iglesia de la Magdalena



En esta entrada conoceremos las tres bóvedas mudéjares, dos octogonales y una circular de la iglesia de la Magdalena, aunque en sentido estricto no son de esta iglesia, sino de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, adosada a la Magdalena.

Cuadro de Lucas Valdés de la iglesia de la Magdalena donde aparece el rey Fernando III


La collación de la Magdalena fue una de las que creó el rey Fernando III tras su conquista de Sevilla. La collación contó con su templo gótico-mudéjar como las restantes de la ciudad (Ver la entrada de nuestro blog)


Ahora bien, a diferencia de otros templos claramente reconocibles en sus esencias gótico-mudéjares, como Omnium Sanctórum; Santa Marina; San Marcos, etcétera, la actual Iglesia de la Magdalena nada tiene que ver con la primitiva iglesia medieval.






La primitiva iglesia de la Magdalena estaba situada en lo que hoy es la Plaza de la Magdalena y tras la destrucción de aquel templo en la invasión napoleónica, la parroquia se traslada a los restos del antiguo convento dominico de San Pablo. Esto convento también tiene una historia fundamental –incluso contradictoria- ya que fue la primera sede de la Inquisición y entre sus mismas paredes fue consagrado obispo de Chiapas el conocido Fray Bartolomé de las Casas, que se ha considerado manifiestamente indigenista. La fábrica de la iglesia actual es barroca, obra del genial Leonardo de Figueroa (San Luis; El Salvador; San Telmo…). 

La iglesia encierra un patrimonio pictórico y escultórico impresionante, encontrándonos con obras de Roque de Balduque; Jerónimo Hernández Martínez Montañés; Juan de Mesa  Francisco de Ocampo Pedro Roldán; Zurbarán; Lucas Valdés o Valdés Leal.






La capilla del Dulce Nombre de Jesús (marcada con el número 1), propiedad de la hermandad de la Quinta Angustia, junto con la cabecera de la iglesia y algunos pequeños elementos, son los únicos restos que quedan de la primitiva iglesia medieval del convento de San Pablo.




Siguiendo la web 
http://laquintaangustia.org/patrimonio/capilla/

"La actual capilla se compone de lo que fueron en origen tres capillas funerarias, construidas en el siglo XIV. Por lo tanto, es un espacio de una sola nave, cubierta por tres espléndidas bóvedas de lacería mudéjar sobre trompas. Posee pinturas de finales del siglo XIV. Aunque tiene entrada natural desde la parroquia por medio de una reja a los pies, también posee dos puertas al exterior, una pequeña en la cabecera y otra grande en el lateral, rematada en arco apuntado.




En el interior, todos sus muros están cubiertos por un alto alicatado de mosaicos con motivos de lacerías, algunos originales del siglo XIV. De sus paredes cuelgan nueve pinturas del excelente pintor Juan de Valdés Leal, que fueron realizadas en 1659 (…)
 Durante el mes de agosto de 2005 se acometió la primera fase de la restauración de las bóvedas mudéjares de la capilla, tocándole el turno a la que cubre el altar mayor y presbiterio. Fue sometida a una profunda limpieza, pues presentaba una capa de material que ocultaba los restos de policromía que tuvo en origen.


Durante el año 2009, se procede a la tercera y última fase de la restauración de las bóvedas de la capilla. La primera tal como se entra en el recinto, igualmente dirigida por el profesor Juan Abad Gutiérrez, quien también ha dirigido la limpieza y restauración del rosetón medieval de la capilla".




Como hemos dicho, esta capilla es la sede de la Hermandad de la Quinta Angustia. Esta hermandad tiene como titulares al Jesús del Descendimiento (atribuido a Pedro Roldán de 1659) y a la Virgen de la Quinta Angustia (Vicente Rodríguez-Caso, 1932).

Pues ya hemos visto, una interesante convivencia barroco-mudéjar, que expresa la importancia de ambas expresiones artísticas de la ciudad.

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