El
palacio de Pedro I en los Alcázares sevillanos es, seguramente, el edificio más
llamativo de este conjunto Patrimonio de la Humanidad. Pero si viajamos por
Castilla encontramos más palacios de Pedro I. La monarquía medieval española
era itinerante por causas variadas (políticas, militares, económicas…) y el
monarca que dio nombre a uno de los más espectaculares edificios mudéjares
civiles, también dejó su huella en otras localidades castellano-leonesas como
Tordesillas (Valladolid) o Astudillo (Palencia).
Siguiendo el artículo “Los palacios de Pedro I. La
arquitectura al servicio del poder” de Antonio Almagro, en Anales de
Historia del Arte, podemos profundizar en la génesis del palacio de Astudillo y comparativamente con otros palacios del mismo monarca:
"En la villa palentina de Astudillo doña María de Padilla, a quien en su testamento D. Pedro reconoció como su legítima esposa, fundó un monasterio de monjas Clarisas en 1353 4. Como ocurrió en tantas ocasiones en Castilla, junto al convento se levantó un palacio o residencia que por su tipología y por la estrecha relación que la fundadora tuvo con el monarca, lo hemos considerado dentro de sus realizaciones
Lo que se ha conservado de este palacio es bastante escaso y hay serias dudas sobre lo que llegó a edificarse del mismo. Apenas queda en pié la crujía septentrional que alojaba el salón principal de la residencia (Fig. 2). Junto a éste queda el zaguán y la portada exterior, sin duda lo más sobresaliente y significativo de todo el conjunto. La construcción se realizó en contacto con una primera residencia de aire más austero hoy conocida como Patio Castellano, edificio de tres crujías en torno a un patio adosado al lado occidental del convento. Todo parece indicar que se quiso dar una mayor prestancia a la residencia de quien era de facto la mujer del rey, dotándola de los pertinentes elementos simbólicos y protocolarios, como son una portada de cierta monumentalidad y unos salones de aparato, similares a los que había en los palacios reales."
El palacio como en Tordesillas
se integra en un conjunto con el monasterio y el palacio de María de Padilla. De
las webs del Ayuntamiento de Astudillo y de la Junta de Castilla y León hemos
extraído una interesante galería fotográfica de este conjunto (en el que los
vestigios del palacio de Pedro I son tan escasos como ya hemos señalado)
Retomando el artículo “Los palacios de Pedro I. La arquitectura al servicio del poder”, volvemos ya a los palacios estrictamente y a sus antecedentes constructivos
"El reinado de Pedro I y la actividad constructiva que en torno a él tuvo lugar en el reino de Castilla representa un claro ejemplo del soporte que quiso dar a su proyecto político a través de un programa de construcciones de casas, palacios y alcázares reales que a lo largo de su reinado fue levantando y que culminarán en el gran proyecto del alcázar sevillano, síntesis de todos ellos y paradigma de un palacio real para un soberano que aspiraba a colocar a la monarquía por encima de cualquier otro poder o autoridad dentro del reino, en lo que constituye el modelo de los estados modernos que van surgiendo en Europa a partir de mediados del siglo XIII.
Palacio de Pedro I en Sevilla |
La mayor parte de estos edificios responde a una disposición de
planta muy parecida y que se organiza en torno a un patio rectangular con
pórticos en todos sus lados. En cada lateral del patio hay una crujía ocupada
por un salón de proporciones alargadas y con una alcoba en cada extremo de
planta sensiblemente cuadrada. A los salones se accede por un arco desde la
galería del patio y a las alcobas por puertas ubicadas en el centro de los
testeros del salón. A ambos lados del arco de entrada al salón suele haber
ventanas geminadas para la iluminación de éste. Sobre esta tipología genérica
se producen variaciones ya que no todos los salones están acompañados de
alcobas pues los espacios correspondientes a éstas pueden estar ocupados por
los zaguanes o por otras dependencias o zonas de paso. Esta organización tiene
sus raíces, sin duda, en la arquitectura andalusí en la que desde las
construcciones de Madinat al-Zahra, tanto la presencia de patios como de
salones con alcobas o alhanías en sus extremos son característicos de cualquier
residencia, tanto si se trata de un palacio como de una vivienda humilde. Sin
embargo, la disposición de salones en los cuatro lados del patio parece, si no
una creación cristiana, sí una tipología mucho más característica de los
palacios castellanos que de los andalusíes, y lo mismo puede decirse de los
patios con pórticos en sus cuatro lados. El precedente más antiguo conocido de
esta disposición es indudablemente el llamado Patio de los Pilares de Madinat
al-Zahra 1, en donde aparecen salones en tres de
los lados y pórticos en los cuatro.
Medina Azahara |
Sin embargo, no conocemos nexo de unión entre este modelo y los palacios castellanos que acabamos de
mencionar de finales del siglo XIII, pues el modelo de casa o palacio andalusí
posterior al siglo X suele consistir en un patio alargado con pórticos y
salones en un lado o en dos lados enfrentados sin que hasta la construcción del
Patio de los Leones de la Alhambra encontremos en residencias patios porticados
en todo su perímetro. Por tanto, aunque esta tipología de los palacios
castellanos deba considerarse de origen andalusí, pensamos que tuvo una evolución
propia, adaptada sin duda a necesidades distintas de las que requería una
vivienda dentro de la sociedad musulmana, lo mismo que se podría argumentar de
la adaptación a otras condiciones climáticas, ya que mientras la presencia de
pórticos únicamente delante de los salones respondería a una protección
fundamentalmente contra el sol, el pórtico en todo el perímetro del patio
podría estar respondiendo a otros condicionantes ambientales como la lluvia o
el frío más propios de zonas septentrionales."
La Alhambra |
El
palacio sevillano de Pedro I supuso un paradigma constructivo que fue imitado (al
menos su fachada) en numerosas ocasiones, sobre todo por familias nobles y en otras
construcciones, no solo en Sevilla. Aquí mostramos los ejemplos del Palacio de
los Marqueses de la Algaba o el antiguo Convento San Pedro Mártir y Madre de Dios de Toledo.
Palacio Marqueses de la Algaba, Sevilla |
Convento Madre de Dios, Toledo |
Por último, el historicista Pabellón Mudéjar de Aníbal
González para la Exposición Iberoamericana de 1929 también bebe del palacio de
Pedro I.
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