Fig. 1 |
Hasta
la fecha hemos dedicado la mayoría de las entradas de este blog a la generación
regionalista de arquitectos sevillanos del primer tercio del siglo XX.
Generación comandada por Aníbal González; Juan Talavera y Heredia; y José Espiau y Muñoz e integrada además por
una pléyade de importantes arquitectos como Arévalo Martínez; los Gómez Millán;
Traver y Tomás; Balbuena y Huertas; Jiménez Carlés; Magdalena Gallifa; Sánchez
Nuñez, etcétera.
Menos
conocida, aunque también de gran importancia para la arquitectura sevillana es
la primera generación racionalista o del movimiento moderno en la que hay que destacar
los nombres de Gabriel Lupiañez Gely, Rafael Arévalo Carrasco y José Galnares
Sagastizábal y otros arquitectos que también trabajaron en este paradigma
constructivo y no necesariamente sólo en él, como Joaquín Díaz Langa; José
Granados de la Vega; Bringas de la Vega; Delgado Roig; Illanes del Río o
arquitectos regionalistas que también hicieron obras racionalistas como el
propio Talavera y Heredia o Aurelio Gómez Millán.
En
una segunda generación de arquitectos racionalistas destacan los hermanos
Felipe y Rodrigo Medina Benjumea; Luis Gómez Estern y Felipe Toro Buiza,
integrantes junto a otros del estudio denominado OTAISA.
Si
ejemplificáramos en un nombre, igual que Aníbal González fue un genio, también
lo fue Gabriel Lupiañez, arquitecto que falleció muy joven, tras sufrir
tuberculosis desde los veinte años, pero con una importante obra a sus
espaldas.
Mientras
que el regionalismo es una arquitectura local,
el movimiento moderno es de homologación universal. Le Corbusier es arquitecto racionalista,
como lo son los citados arquitectos sevillanos. Un gran conocedor del genio
francés fue José Luis Sert, arquitecto catalán que curiosamente proyectó –tras finalizar su
carrera- su primera obra en Sevilla: una casa para una prima suya que se casaba
(la famosísima Casa Duclós) en la calle Ceán Bermúdez de Nervión.
El
acercamiento al movimiento moderno es, en un principio, complejo. Pasar de la
contemplación de edificios de inspiración neobarroca como los de Talavera y
Heredia o otros de inspiración neomudéjar como muchos de Aníbal González o
Espiau, o incluso de síntesis renacentista con los anteriores estilos como en -la
Plaza de España- a los edificios racionalistas, provoca cierta indecisión. Si
tras detenernos ante el Hotel Alfonso XIII reparamos en el cuartel de Eritaña,
que también fue un hotel para la Exposición del 29, tal vez pensemos “no hay
color”. Pero el error seguramente provenga de que las comparaciones son odiosas
y ambos edificios responden a concepciones y lenguajes muy distintos. Cabe
incluso destacar el atrevimiento de Lupiañez Gely cuando levanta el Eritaña
Palace en la época de esplendor regionalista.
La
fotografía que encabeza esta entrada corresponde a una desaparecida fábrica de
fideos en la calle Huestes de San Bernardo de la que dice Jiménez Ramón (1):
Es
la Fábrica de fideos en calle Hueste 9, en el barrio de San Bernardo el primer
ejemplo racionalista que se llega a materializar. Su radicalidad en la composi-
ción de los alzados, que rememoran imágenes de los arquitectos del GATCPAC, el
entendimiento de la construcción del lugar mediante la implantación de un
conjunto de bloques, entendimiento que que- da remarcado por la presencia del
prisma vertical de la escalera, la espacialidad de ésta y la funcionalidad
expresa con que se acomete el proyecto, dotan al edificio de un potente
significado como ópera prima del arquitecto.
(1) JIMÉNEZ
RAMÓN, JOSE MARÍA: Algunas notas acerca
de la arquitectura racionalista en Sevilla (1926-1942) Ph Boletín 28, pags.
80 a 97
El arquitecto y profesor en excedencia de la Escuela de Arquitectura de Sevilla Jiménez Ramón es uno de los
mayores estudiosos de la arquitectura racionalista sevillana y además de Juan José Jiménez Mata en el mismo boletín 28 el artículo “Apuntes sobre la arquitectura racionalista
en Andalucía y su recuperación patrimonial”. También hemos manejado la monografía de Jiménez Ramón
editada por la Universidad de Sevilla “Cuatro ensayos sobre la arquitectura
racionalista…”
Los
textos que acompañan a las fotografías han sido tomados de la Base de Datos del
patrimonio inmueble de Andalucía del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). Las fotografías 2, 6, 9 y 14 que muestran los edificios tal como están hoy en día han sido tomadas por nosotros; otras son de la referida base de datos del IAPH (3, 4, 8 y 13) o de los artículos de la Revista PH (1, 5, 7, 10 y 13) señalados o de las fichas
patrimoniales de protección del Ayuntamiento de Sevilla (11).
Pero,
¿cómo podríamos caracterizar la arquitectura racionalista o del Movimiento
Moderno”. Vamos a permitirnos utilizar un trabajo de María Fernanda Trujillo
León para un curso de “Las ciudades desde la experiencia urbanística” de la Universidad
de Sevilla que ofrece una caracterización sintética estupenda de este
movimiento arquitectónico, muy adecuada para la naturaleza de este blog:
“EL
MOVIMIENTO MODERNO. EL POR QUÉ Y PARA QUÉ DE UNA RENOVACIÓN ARQUITECTÓNICA
(1926-1950)
Consecuencia
de las revoluciones industriales y el éxodo de la población del campo a la
ciudad a mediados del s. XIX, y los profundos cambios de habitabilidad que se
derivan, se traducen en problemas de hacinamiento, insalubridad y otros
inconvenientes. Para atender a las demandas de crecimiento urbano, sobre todo
en las grandes ciudades, se plantean nuevas soluciones constructivas y de
infraestructuras. En la apremiante búsqueda de soluciones para la expropiación
de suelo y favorecer los ensanches urbanos, surge el Congreso Internacional de
Edificación y Urbanismo de Viena en 1926, así como el Congrès International
d'Architecture Moderne (también conocido como CIAM o Congreso Internacional de
Arquitectura Moderna), fundado en 1928 y disuelto en 1959, siendo este último
el auténtico almacén de ideas del Movimiento Moderno (o Estilo Internacional)
en arquitectura.
También
en España 1926, a instancias de la Sociedad Central de Arquitectos encabezada
por Gustavo Fernández Balbuena, se celebra, el I Congreso Nacional de Urbanismo
en Madrid como instrumento que acelere los procesos de planeamiento de las
ciudades carentes de plan correspondiente. Los arquitectos de la generación
1915-25 aplicarán en las ciudades los métodos urbanísticos modernos. Por todo lo anterior, los grandes arquitectos
de la primera mitad del s. XX, dan respuesta a todas las necesidades presentes
con una ruptura total respecto a las tradiciones constructivas del pasado. Es
el denominado Movimiento Moderno. Como características podemos señalar nuevos
volúmenes, nuevos materiales, nuevas formas.
Así
pues:
- La
funcionalidad: cada edificio debe adaptarse a la función que va a desempeñar,
lo que requiere una tipología de los edificios bien diferenciada.
- Se
van a aprovechar y desarrollar las nuevas posibilidades constructivas que
ofrecen el hormigón armado, el acero, el vidrio y otros materiales.
-
Donde la columna y el arco eran signo inequívoco del trabajo arquitectónico,
los pilares y las plantas diáfanas van a pasar a ocupar el primer plano. La
línea recta se adueña de la arquitectura.
- La
nueva arquitectura se concibe según las necesidades de una nueva idea de
ciudad que aspira a liberar a las
personas de las carencias en materia de salubridad, vivienda y servicios.
EL NUEVO MOVIMIENTO
ARQUITECTÓNICO EN ESPAÑA
Los
inicios de la arquitectura racionalista en España se fijan hacia 1927 impulsada por grupos de jóvenes
arquitectos ligados al pensamiento de la Institución Libre de Enseñanza, al
espíritu liberal y progresista, y deseosos de conocer e importar de Europa lo
que allí ya se conocía como cultura moderna. Destacan el zaragozano Fernando
García Mercadal, con un proyecto de monumento a Goya, el Rincón de Goya
(1926-28) en Zaragoza; en Madrid el madrileño Casto Fernández Shaw y el
malagueño Rafael Bergamín, respectivamente con dos obras, la Gasolinera Porto
Pi (1927) y la Casa del Marqués de Villora (1927-28). En octubre de 1930 se
funda en la capital aragonesa el grupo GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos
Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea) cuya sección
catalana, el GATCPAC, fue la más activa. El Club Náutico de San Sebastián
(1929), obra de los arquitectos José Manuel Aizpurúa y Joaquín Labayen, fue una
de la obras más características y representativas del grupo. Otro gran exponente
del racionalismo español fue el Pabellón de la República Española de la
Exposición Internacional de París de 1937, de Josep Lluís Sert y Luis
Lacasa.
EL
MOVIMIENTO MODERNO. EL RACIONALISMO EN ANDALUCÍA
Mientras
el Movimiento Moderno se consolidaba en el exterior, en Andalucía, la aceptación del racionalismo arquitectónico
se produce en un contexto dominado por los ecos y la influencia del
historicismo y el eclecticismo regionalista, neocolonial e indigenista surgido
en torno a la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. Como consecuencia,
la incipiente vocación racionalista de muchos jóvenes arquitectos del momento,
buenos conocedores de los movimientos de vanguardia internacional a través de
catálogos y fotografías en blanco y negro,
ve frenadas casi todas sus iniciativas, todo ello unido a que Andalucía, a pesar del esfuerzo
económico de la Exposición, se hallaba lejos de la industrialización y de una
burguesía dinámica que propusiera y encargara nuevos estilos arquitectónicos.
En cualquier caso, hay propuestas muy interesantes, de gran funcionalidad y
puesta en valor de los nuevos materiales como el hormigón armado, propuestas
que se prolongarán en las décadas siguientes hasta bien entrados los ’60.
Funcionales obras significativas que gozan de reconocimiento patrimonial son:
estaciones de autobuses: Prado de San Sebastián en Sevilla (1938), estación de
autobuses de
Almería (1952); comercio y tránsito de mercancías: el Mercado de de la Puerta
de la Carne de Sevilla (1930) o el de Mayoristas de Málaga (1944); estaciones
de servicio: CAMPSA en Huelva (1955); edificios de uso cultural, educación de
ocio o religiosos: teatro-cine Torcal en Antequera (1933), Universidad Laboral
de Córdoba (1956), Centro de Enseñanza Juan XXIII en Granada (1964), la Iglesia
Stella Maris, de Málaga (1961), entre otros.
Es
también destacable el fenómeno de la vinculación de los arquitectos
racionalistas más sobresalientes con cada ciudad andaluza: Guillermo Langle,
con Almería; Antonio Sánchez Esteve con Cádiz; Joaquín González Edo con Málaga,
Gabriel Lupiáñez Gely con Sevilla, éste último hace una proposición de Ciudad
Funcional aparecida en el número 1 de la revista Hojas de Poesía en 1935,
publicación realizada por algunos escritores pertenecientes al ámbito de
Mediodía. Todos, con su esfuerzo y talento innovador impulsan el movimiento
arquitectónico moderno en cada una de las ciudades.”
Hemos
titulado esta entrada como “Siete obras imprescindibles de la arquitectura
racionalista sevillana” y hemos de señalar que el adjetivo “imprescindibles” no
es de apreciación nuestra, ni de ningún estudioso particular, sino de la
Administración de Cultura andaluza, ya que son siete inmuebles inscritos en el
Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, seis de ellos inscritos
mediante la misma Orden (2) y el séptimo (Casa Duclós) mediante Resolución de
12 de diciembre de 1996. (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. 06/03/97.
(2) ORDEN
de 22 de julio de 2008, por la que se resuelve inscribir en el Catálogo General
del Patrimonio Histórico Andaluz, como bienes de catalogación general, seis
inmuebles del Movimiento Moderno de la provincia de Sevilla. Boletín Oficial de
la Junta de Andalucía. 08/08/2008
Estos
siete edificios, arquitectos y años de construcción son:
-Cabo
Persianas, calle San Pablo, 1.940, Gabriel Lupiáñez Gely y Rafael Arévalo
Carrasco
-Casa
Duclós, calle Cean Bermúdez, 1.930, José Luis Sert y López
-Casa
Lastrucci, calle Álvarez Quintero, 1934, Juan Talavera y Heredia y Antonio
Delgado Roig
-Mercado
de la Puerta de la Carne, calle Demetrio de los Ríos, 1.927, Gabriel Lupiáñez
Gely y Aurelio Gómez Millán,
-Edificio
de viviendas y locales en calle Adolfo Rodríguez Jurado, 1.935, José Galnares
Sagastizábal y A. Wespi Schneider
-Instituto
Anatómico Forense, avenida Sánchez Pizjuán, 1.935, Gabriel Lupiáñez Gely y
Rafael Arévalo Carrasco
-Estación
de autobuses y viviendas municipales del Prado de San Sebastián, 1938-1944,
Rodrigo Medina Benjumea
Abordaremos
en esta entrada los cuatro primeros edificios, dejando los tres restantes para
una segunda entrada. Además de éstas siete
obras, Jiménez Mota incluye en su catálogo
del racionalismo sevillano las siguientes obras, de las que se indican
también dirección y arquitecto y que son edificios a los que nos referiremos en
futuras entradas:
Entramos ya en materia y así, en primer lugar nos acercamos al denominado Cabo Persianas, de 1.940, obra de Gabriel Lupiáñez Gely y Rafael Arévalo Carrasco. Según el IAPH
-Villa Moya. c/ S.
Salvador, 19 y 21. J. Granados de la Vega. 1933.
-Bloque de viviendas.
c/ Recaredo, 32. J. Díaz Langa. 1934.
-Bloque de viviendas.
c/ Dr. Letamendi. R. Arévalo Carrasco. 1934.
-Casa Lozano
González. c/ M. Mercedes Trullas, 2. J. Galnares Sagastizábal. 1934-35.
-Colegio público. c/
Arroyo, 44. J. Talavera y Heredia y L. Carrera Díez. 1934-36.
-Colegio público
Arias Montano. c/ M. Villalobos. J. Talavera Heredia y L. Carrera Díez.
1934-36.
-Edificio del Reloj
de la Pirotecnia Militar. c/ Ramón y Cajal. J. Talavera Heredia. 1937.
-Bloque de viviendas.
c/ Luis Montoto, 98. L. de Sala y María. 1938. (desaparecido)
-Bloque de viviendas.
c/ Torneo, 64. A. Balbontín Orta y A. Delgado Roig,
-Fábrica Hytasa. c/
Héroes de Toledo, 71. J. Talavera Heredia. 1938-41. J. Galnares Sagastizábal.
1941-63.
Entramos ya en materia y así, en primer lugar nos acercamos al denominado Cabo Persianas, de
Se trata de un solar en esquina de forma alargada, con tres fachadas principales, más visibles desde la plaza de la Magdalena y la calle San Pablo, mientras que la fachada al norte, hacia la angosta calle Pedro Campaña, queda privada de la misma intensidad expresiva.
El solar es consecuencia de los trazados de las calles que confluyen a la plaza, definiendo una manzana de forma apuntada que por las dimensiones de la parcela parece ser una parte residual. Sin embargo su directa vinculación con los espacios urbanos de la calle San Pablo y la Plaza de la Magdalena harán variar esta valoración que procede de la exclusiva consideración de la dimensión y geometría que posee el solar y la manzana.
Fig. 2 |
La estrecha dimensión que presenta el ancho supondrá una dificultad en la organización interior de las plantas. Esto se resuelve parcialmente al construirse las tres plantas de las viviendas sobresaliendo del plano de alineación del entresuelo y los locales comerciales; vuelo que se hace posible a nivel constructivo gracias al empleo del hormigón armado en la estructura. El edificio poseía un refugio en el sótano tal y como era preceptivo por ordenanzas militares al final de los años treinta. La planta baja se destinaba al uso comercial, con oficinas en el entresuelo. El resto de las plantas, en total tres más, eran para viviendas. En la azotea se dispuso un ático para lavaderos y vivienda del portero.
Fig. 3 |
Las viviendas, dos por plantas, se resuelven con una tipología en doble crujía con las estancias principales orientadas a la calle San Pablo. El progresivo incremento del ancho es resuelto mediante un cambio de dirección en el pasillo de distribución, apoyándose en la escalera que actúa de elemento de articulación en la distribución interior entre las dos viviendas. Por esta razón, la escalera se sitúa en el centro. Su traza semicircular, acumulando escalones en la parte curva, es para evitar que los tramos lineales no fueran excesivamente largos, dado el escaso ancho y la necesidad de realizar en la meseta el cambio de dirección de los pasillos de distribución.
El alzado principal es simétrico, pero por encima de su observación plana se impone la visión en perspectiva desde la plaza. A ello contribuye el volumen volado que vuelve sobre la pequeña fachada del frente. En este plano se resuelve por lo tanto la intersección que se produce entre las dos fachadas largas, consideradas una como principal y otra como trasera. Ésta última con pequeños huecos que sin embargo se diluyen en la rotundidad de su plano enlucido de color blanco. El edificio destaca por su potencia volumétrica, su imagen modulada a la que contribuye la uniformidad en la distribución de las estancias que dan a fachada, como la seriación de las carpinterías, con persianas enrollables, que acabó convirtiéndose en elemento emblemático de este edificio. El proyecto de Cabo Persianas supone una clara apuesta por renovar la imagen de la ciudad con un lenguaje racionalista. Los volúmenes claros y precisos resuelven una parcela de difíciles dimensiones y un enclave comprometido.
Fig. 4 |
La construcción del edificio supuso un escándalo para la Sevilla regionalista de la época ya que al carecer por completo de ornamentos y decoraciones fue tachado de puente de buque. La imagen adusta y severa, casi marcial del edificio, junto a la gran superficie de persianas que cubrían sus huecos, le hizo merecedor en la ciudad del apelativo "Cabo Persianas" que le sirve de denominación popular. Su estado de conservación es bueno. Entre 1938 y 1940 se hizo este edificio, obra de Rafael Arévalo Carrasco y Gabriel Lupiáñez Gely, que levantó en su día notable polémica por su lenguaje racionalista, innovador entonces, dentro de la trama de la ciudad histórica. La labor de Lupiáñez Gely en la ciudad de Sevilla tanto en sus propuestas edificatorias como en el plano teórico de ordenación y definición del proyecto de la futura "Ciudad Funcional" resulta de gran importancia debida a su conocimiento y estudio de primera mano de las arquitecturas de vanguardia europeas.
La llamada Casa Duclós es, como se ha dicho, obra del arquitecto catalán José Luis Sert. En el
artículo “La obra olvidada: Casa Duclós en Sevilla, 1930”, del PH
Boletín 28, Gerardo Delgado; Víctor Pérez Escolano; Juan Sebastián
Bollaín; y José Ramón Sierra nos cuentan como siendo estudiantes de
arquitectura “redescubrieron” la casa, que desde entonces empezó a catalogarse en la obra de Sert. Afirman los autores que:
En nuestra opinión, la
importancia de la casa Duclós radica fundamentalmente , aparte su valoración
intrínseca, en el hecho siguiente: Por estar dentro del movimiento moderno que
pretendía una renovación y puesta al día de la arquitectura, respecto a la
sociedad de nuestro tiempo, esta obra constituye un hecho cultural aislado en
medio de cultivo óptimo del clasicismo y donde el estamento poseedor y guardián
de la "tradición cultural sevillana" se mantenía totalmente de
espaldas a los problemas reales del entorno, pretendiendo mantener un
"status" de "arquitectura pura" dentro del llamado
"segundo florecimiento hispalense".
Entrando ya en la descripción del edificio de la base de datos del IAPH:
El inmueble, que se encuentra ubicado en la calle Ceán Bermúdez, fue construido en 1930 según el proyecto del arquitecto catalán Jose Luis Sert. Se trata de una vivienda aislada, con jardín posterior. Esta construcción responde a los primeros ensayos sobre vivienda unifamiliar que se llevaron a cabo en el panorama arquitectónico de la época. El inmueble presenta planta rectangular, con sótano, bajo, primer piso y terrado. La distribución original se ha seguido conservando, aunque con ligeras modificaciones.
Fig. 5 |
En el interior destaca la escalera, de un solo tramo en cada una de las plantas, y que constituye el elemento funcional más notable del edificio. se trata de un diseño muy simple, con peldaños con bordes protegidos por pletinas metálicas y antepechos rematados por simples losetas de cerámica, sobre las que se sitúa el pasamanos metálico de sección circular. Las habitaciones, con tendencia a la configuración rectangular, resultan asimismo de diseño muy claro. Las instalaciones correspondientes a calefacción y tendido eléctrico se presenta a la vista.
Al exterior, el inmueble posee el característico diseño funcional, con la colocación aparentemente arbitraria de los vanos, que no siguen la tradicional correspondencia de los mismos. La fachada principal, en planta baja, presenta el acceso al interior del inmueble en el lateral derecho, dicho acceso está precedido por un espacio rectangular adintelado. En el lateral izquierdo, por su parte, se abre otro espacio, que da entrada al garaje. La fachada posterior presenta una puerta de acceso al jardín, sobre la cual aparece un corredor abierto, con barandilla metálica.
Fig. 6 |
En cuanto a la fábrica del edificio hay que insistir de nuevo en la funcionalidad de los objetivos y su perfecta adecuación con las necesidades del diseño; estructura metálica forrada de hormigón; muros de ladrillo enfoscados y encalados; carpintería metálica; portajes interiores de madera y exteriores metálicos; cubiertas adinteladas y suelo a base de losas cerámicas de tonos rojizos. El origen de la Casa Duclós es un regalo de carácter familiar. El arquitecto José Luis Sert, al contraer matrimonio su prima hermana Dª. María Benita López Sert con el Dr. Duclós, regaló al nuevo matrimonio el Proyecto de su residencia en Sevilla. Este hecho tiene lugar en el año 1930 y, por tanto, la Casa Duclós representa en palabras del propio Sert su "primer ensayo". Hacía solo dos años que había conseguido su Título de Arquitecto y también en 1930 nació una de las asociaciones de arquitectos más fecundas de la Historia de la Arquitectura hispana contemporánea: el G.A.T.E.P.A.C.
Sert desarrollo en la Casa Duclós su asimilación del movimiento funcional europeo a través de las revistas de arquitectura y de sus contactos con Le Corbusier. Si a escala nacional este inmueble representaba una aportación de vanguardia, en el panorama de la ciudad de Sevilla se erigía en un aporte excepcional. La Casa Duclós hasta hace unos años no estaba catalogada dentro de la producción de Sert, incluso no aparecía en las ediciones de sus obras completas. Sólo el propio arquitecto mantenía el recuerdo de la realización para sus primos y, por supuesto, la familia que aún habita la casa.
Fig. 7 |
Acerca de la marcha de las obras a partir del proyecto escasos son los datos de que disponemos. Sert declaró que visitó el solar y la obra en alguna ocasión, pero no recordaba detalles concretos de las labores de dirección. Desde su terminación la familia Duclós se identificó con su nueva casa, que ha seguido habitando hasta la fecha. Poco a poco el inmueble se ha visto rodeado de otras casas unifamiliares y bloque de pisos que como es de suponer, sin ningún tipo de planificación, ha venido a encerrar el edifico dentro de un conjunto caótico tanto desde el punto de vista estilístico como urbanístico. Fue sometida a una ampliación en 1974-1975 para alojar un estudio de pintor en el jardín de la casa, esta ampliación fue llevada a cabo por Aurelio del Pozo Serrano y Luis Marín de Terán. Ejemplo paradigmático del primer racionalismo en Sevilla.
La tercera obra que centra nuestra atención es la denominada Casa Lastrucci. Obra sita en pleno centro histórico, calle Álvarez Quintero, entorno repleto de obras regionalistas y algunas muestras puntuales de arquitectura del modernismo. Refiriéndose a la casa
Lastrucci afirma José María Jiménez Ramón (Revista PH 28):
Son, sin duda alguna, la
casa Lastrucci y las viviendas y nave en HYTASA, las dos obras más importantes,
por su calidad, de las que del arquitecto se incluyen en el catálogo. De la
primera, realizada en una sui generis colaboración con Delgado Roig en 1934, proyecta
la fachada. En ella, que es lo mejor del proyecto, realiza una importante
aproximación a los códigos lingüísticos de la arquitectura moderna dentro de
una tendencia aproximadamente expresionista.
Nos referimos ahora a la descripción de la bases de datos del IAPH:
El edificio conforma una esquina con una planta en forma de «L» invertida que interiormente se distribuye en torno a tres patios de luces. Sobre el bajo, destinado a locales comerciales, se elevan tres plantas y ático. Aquel y éste se retranquean y, en el eje central de la fachada a C/ Álvarez Quintero, se produce un abombamiento que imprime dinamismo a unas fachadas en las que predomina la horizontalidad de las franjas de fábrica de los ventanales y las cornisas.
Fig. 8 |
La casa es obra de los arquitectos sevillanos Antonio Delgado Roig -encargado de resolver la planta- y Juan Talavera y Heredia -diseñador de las fachadas- realizada en los años 1934-1935, cuando aquel se encontraba en el inicio de su actividad profesional y éste en la fase de madurez de una carrera importante dentro de la estética regionalista Constituye uno de los exponentes del estilo racionalista en la ciudad. Destaca la composición de la fachada en la que se superponen en vertical alternativamente bandas de antepechos y vitrales de forma convexa.
Fig. 9 |
Realizado hacia 1934 por los arquitectos Antonio Delgado Roig, quien hizo la planta, y Juan Talavera, que desarrolló la fachada. Se ha mantenido según su configuración original.
Fig. 10 |
La cuarta obra a analizar es el Mercado Municipal de Abastos Puerta de la Carne, que lleva desgraciadamente muchos años cerrado y sin uso y lo peor es que no se atisba a medio plazo una solución o que dicha solución no sea privatizada. Según el IAPH:
Extramuros de la ciudad histórica, junto al antiguo arrabal de San Bernardo y la Estación de Cádiz de ferrocarril se construye el Mercado Municipal de Abastos Puerta de la Carne. Se trata de un temprano proyecto de arquitectura racionalista en España, pionero en Sevilla, junto al edificio de la AutoIbérica en calle Sierpes, resultado de un concurso convocado a tal efecto y ganado por Lupiáñez y Gómez Millán. Se trata de un zócalo de planta irregular de dos alturas y una tercera retranqueada que en el frente se transforma en volumen exento que localiza la fachada. Sobre él surge la cubierta a dos aguas, de planta rectangular, construida sobre cuatro arcos de hormigón armado.
Fig. 11 |
El sistema estructural libera la planta que queda diáfana para la distribución de los distintos cuarteles y calles interiores, mientras que el edificio perimetral absorbe el programa funcional que precisa una compartimentación estanca recorriéndose en su interior con galerías continuas que refuerzan visualmente la descomposición estructural del recinto.
Fig. 12 |
La cubierta, elevada respecto al zócalo, deja pasar la luz en su perímetro a través de huecos de generosas dimensiones. Al no ejecutarse mediante faldones continuos, si no mediante riostras de hormigón escalonadas, la luz pasa entre ellas convirtiendo la cubierta en una más liviana celosía.
Fig. 13 |
La descomposición del zócalo da pie a que el edificio establezca una adecuada relación escalar con los edificios de su entorno, si bien, la excesiva proximidad del Puente de San Bernardo construido poco antes,quita presencia al edificio, restando la posibilidad de centralidad que un edificio público genera y dificultando las tareas de abastecimiento de mercancías.
El proyecto utiliza con habilidad las posibilidades del hormigón armado para conseguir una planta libre de condicionantes estructurales, apostando con firmeza por una expresión nítidamente racional y moderna en volúmenes y trazado de huecos. Arquitectura, en fin, nada mediatizada por los lenguajes historicistas que a través del regionalismo representaban las tendencias arquitectónicas de este lugar en ese momento. Gabriel Lupiáñez Gely proyectó junto a Aurelio Gómez Millán el mercado Puerta de la Carne en diciembre de 1926, realizándose el edificio entre 1927 y 1929. Un proyecto tan marcadamente racionalista se abre paso en una ciudad en plena efervescencia del regionalismo predominante en torno a la Exposición Iberoamerica de 1929.
Fig. 14 |
Bueno, hasta aquí. Muy pronto la siguiente entrada. Estamos muy satisfechos con este recorrido por la arquitectura racionalista y muy contentos de compartirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario