A comienzos de este 2020, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de laJunta de Andalucía procedió al cierre temporal del Museo Arqueológico deSevilla, debido al mal estado de su inmueble, que se ubica en la Plaza de América
del Parque de María Luisa. El plazo de la reforma de edificio será de ¡¡¡ tres años!!! Seguramente el presupuesto destinado para las obras sea tan pequeño que obligue a una duración tan larga. Algunas obras se expondrán en otra sede. Habrá que ver cuántas, dónde y cómo.
El
edificio fue construido, bajo la dirección del afamado arquitecto Aníbal
González, para la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 y acogió
entonces el Pabellón de las Bellas Artes.
La
colección que atesora el Museo es espectacular, fundamental aunque no
únicamente por la cercanía de la ciudad romana de Itálica, localidad natal del
emperador Trajano y familiar del emperador Adriano, dos emperadores
destacadísimos en la Roma Imperial por variados motivos.
Numerosas estatuas, bustos,
mosaicos, vasijas, etcétera, no solo de Itálica, sino de otras localidades de
la provincia de Sevilla, como la Venus de Mulva (antigua ciudad romana minera
en Villanueva del Río y Minas, Sevilla) y otras provincias andaluzas
constituyen el fondo de este Museo.
La colección de mosaicos es muy importante y el museo cuenta con piezas hermosísimas, como la Venus de Itálica o la Diana Cazadora.
Aunque la cultura romana es la gran protagonista del museo, existen piezas de diferentes épocas históricas y procedencias y joyas únicas como es el tartésico Tesoro del Carambolo. Aquí puede consultarse una selección de obras singularesdel Arqueológico.
En anteriores entradas de este blog nos hemos referido al pasado romano de Sevilla, ya sea a través de la iconografía de los emperadores Trajano y Adriano; el mosaico del Planetario de Itálica; el palacio de la Condesa de Lebrija; el tesoro de Tomares o Diana cazadora.
Entre
tanta espectacularidad, podían pasar desapercibidas otras piezas del Museo y a algunas
de ellas dedicamos esta entrada y concretamente a las esculturas que se
hallaban en la antigua Sala XI, dedicada a escultura ibero-turdetana desde
finales de siglo III a.C. hasta siglo I.d.C. La ventaja de esta Sala es que era la primera que se recorría al entrar en el Museo (la colección de Prehistoria estaba en el sótano, salas I a X).
La
función principal de estas estatuas era funeraria y de ahí la leyenda de "guardianes
del más allá". Hay esculturas halladas en los municipios sevillanos de Utrera,
El Coronil, Estepa, Alcalá del Río, Alcolea del Río y Lebrija y una presencia
muy importante de Espera (Cádiz).
El material constructivo es
arenisca. Las piezas están denominadas exactamente como indicaban sus cartelas
en el Museo, que realmente no eran muy rigurosas, ya que la información de cada
una de ellas no es homogénea. Generalmente junto a un mausoleo o monumento funerario se situaban estos leones.
Las obras expuestas en el museo son producto del arte íbero, pero
influido por las corrientes artísticas romanas. Pueden encontrarse numerosos
estudios sobre los leones funerarios como éste de una profesora de la
Universidad de Valencia. Sin más preámbulos conozcamos ya nuestros leones funerarios:
León Ibérico, caliza, Utrera (Sevilla), Siglo I a.C. |
León Ibérico, Espera (Cádiz), Siglos III-II a.C. |
León Ibérico, El Coronil (Sevilla), colección Lara |
Jinete sobre león, Estepa (Sevilla), Siglo I a.C. |
León Ibérico, Espera (Cádiz), Siglos III-II a.C. |
León Ibérico, Espera (Cádiz), Siglos III-II a.C. |
León Ibérico, calcoarenita, Alcolea del Río (Sevilla), Siglos I a.C.-I d.C. |
Cabeza de león Ibérico, Lebrija (Sevilla) |
León sujetando una cabeza de carnero, Lebrija (Sevilla) |
Entre los leones, con función también funeraria se nos han colado un caballo y un toro.
Cabeza de caballo ibérica, Marchena (Sevilla), Siglo IV a.C. |
Toro Ibérico, Alcalá del Río (Sevilla), Siglo I a.C. |
Y finalizamos con el león que para mí es el favorito.
León Ibérico, Espera (Cádiz), Siglos III-II a.C. |
En estos tiempos de pandemia, esperemos que estos reyes de la selva sean nuestros guardianes, no en el más allá, sino en el presente y nos guardan del maldito virus.
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