Para conocer esta iglesia, vamos a seguir la página web del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (las fotografías son nuestras)
La
Iglesia Parroquial de San Bernardo fue construida en el lugar en que según la
leyenda hubo una Ermita fundada en el siglo XIII por San Fernando y erigida en
memoria de San Bernardo al haberse establecido el cerco de la ciudad el día de
la fiesta del mismo. Más tarde, en 1593, en este mismo sitio se construyó una
iglesia Parroquial, de mayores dimensiones, la cual hacia 1776 se encontraba en
tal estado de ruina que el Cabildo eclesiástico, de quien dependía directamente
su custodia y manteniendo, en concepto auxiliar de la Parroquia del Sagrario,
decide hacerle una amplia reforma que encargó al maestro mayor del Arzobispado,
José Álvarez. Las obras comenzaron a realizarse, sin embargo el estado del
edificio debía de ser tan ruinoso, que en 1780 el mismo José Álvarez trazaba
los planos de una nueva iglesia de grandes dimensiones.
Álvarez trazó la planta distribuida en tres naves sobre columnas de mármol, presentó el informe al Cabildo eclesiástico el 12 de mayo del mismo año, este lo aceptó pero sustituyendo las columnas por pilares cuadrangulares de ladrillo que es como al fin se construyó. El 19 de agosto de 1785 se bendijo solemnemente este templo, que según Sancho Corbacho, el último importante que se construye en Sevilla siguiendo las pautas del barroco característico de esta ciudad, aunque ya se aprecia una cierta influencia del neoclasicismo en el sentido de la escasez de adornos.
Desde
el punto de vista volumétrico destaca la superposición característica de planos
y volúmenes del siglo XVIII, donde se observan los tejados a un agua de las
naves laterales, a dos aguas de la central, buhardillas de acceso y ventilación
de los tejados, la cúpula del crucero y la torre, situada a los pies de la nave
del Evangelio.
El
templo presenta estructura barroca de la última fase con formas atemperadas por
las nuevas tendencias, estableciéndose así una dualidad entre el movimiento del
barroco sevillano y la sobriedad del gusto neoclásico.
La iglesia es de grandes dimensiones y presenta planta
rectangular muy alargada, con cabecera plana, tres naves, crucero y coro a los
pies de la nave central, sobresaliendo en altura una cruz latina. La planta es
de tres naves divididas en cuatro tramos, separadas mediante pilares de
ladrillo sobre los que campean arcos de medio punto con clave decorada,
separados por pilastras sobre los que descansa un entablamento que recorre todo
el interior del edificio, con friso en el que alternan metopas lisas y
triglifos, finalizado en una pronunciada y moldurada cornisa. La nave principal
y el crucero destacan del resto del edificio en altura. La nave central y los
brazos del crucero se cubren con bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos,
al igual que el presbiterio, mientras que las naves laterales lo hacen con
bóvedas baídas sobre arcos fajones pareados. En el crucero se sitúa una cúpula
sobre pechinas con tambor octogonal y linterna.
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