Casa para Manuel Moreno Felipe, Correduría 1 |
La
calle Feria de Sevilla es a mi entender una de las calles más entrañables de
la ciudad: por su nombre; por su vecindario; por su estratégica posición entre
la Macarena, la Resolana, San Luis y La Alameda; porque mis padres recién
casados vivieron por allá; y también por su arquitectura.
Así cuenta con la magnífica iglesia mudéjar de Ómnium Sanctorum
o con
el Palacio mudéjar-renacentista de los Marqueses de la Algaba
La
calle Feria tiene quizás el mercado más bonito de la ciudad
Y
en el extremo contrario de la calle, ya junto a la Resolana, los Altos Colegios
Los
Altos Colegios, de finales del siglo XIX, tienen una historia muy interesante y,
por ello, queremos dedicarle una entrada específica.
Por
lo que respecta a la arquitectura del primer tercio del siglo XX -extendiendo
este período a los primeros años 40 del siglo- la calle Feria es también de
gran interés. Hay una importante representación de arquitectura regionalista, tanto
de edificios catalogados, pero cuyo arquitecto se desconoce, como de un buen
número de casas de pisos de Espiau y Muñoz.
Asimismo,
hay representación de la arquitectura modernista, destacando un edificio de
Aníbal González y otro de Antonio Gómez Millán.
Igualmente
hay tres señalados edificios racionalistas
de los arquitectos Lupiañez Gely y Arévalo Martínez. A los dos de Feria esquina
a Antonio Susillo y esquina a Relator ya nos hemos referido en otra entrada
El
tercer edificio es el que encabeza esta entrada y aunque está físicamente en la
calle Correduría y no en Feria, por su proximidad a los otros dos, por la
autoría de los mismos arquitectos y por su relevancia, hemos querido referirnos
a él.
Empezando
por los edificios regionalistas, en primer lugar, esta casa de pisos en Feria
113, de mediados del siglo XX
En
el 105, esta otra casa de pisos de principios del XX.
Este
edificio, en el número 121 de Feria, también es de la primera mitad siglo XX.
Por
último, otra casa de pisos de principios del XX en el número 85 de la calle
Pasamos
ahora a conocer la producción del regionalista Espiau y Muñoz en la calle. En primer
lugar este hermoso edificio de Feria esquina a Cruz Verde, construido para
Mauro Labanda en 1921.
En
Feria 159, de 1922, esta casa de pisos y almacén
Feria
160, del año 1930, Casa para Francisco Quejo
Y
en Feria 162-64, esquina a Bécquer, de 1935, también casa para Francisco Quejo
Un
par de fotos de detalle del zaguán y ascensor de la casa
La
trasera del edificio en la calle Bécquer
Precisamente
en Bécquer 27, esquina a Feria y Faustino Álvarez, proyectó en 1917-19 Antonio
Gómez Millán esta casa de su propiedad, de corte modernista.
Y
el edificio de la Sevillana de Electricidad es todo un clásico, una de las
primeras obras de Aníbal González, de inspiración modernista. En otra entrada ya
nos referimos a este edificio.
Como
se ha dicho, el racionalismo o el Movimiento
Moderno, también ha dejado su huella en la calle, con las obras de la dupla
Lupiañez+Arévalo. Feria esquina a Antonio Susillo
Y
Feria esquina a Relator
En
Correduría 1, Lupiañez y Arévalo son también los arquitectos de este edificio.
La web del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico nos informa:
Este edificio tiene
relación con el trabajo que Lupiáñez Gely venía realizando en situaciones
similares para edificios residenciales, tendiendo como principal referente el
edifico de Cabo Persianas. Son determinantes las condiciones geométricas de la
parcela, alargada y en esquina con chaflán de escasas dimensiones que potencian
aún más la situación singular de extremo en la manzana. El primer proyecto de
Lupiáñez y Arévalo resolvía esta circunstancia mediante una forma curva que
daba continuidad a las fachadas de las calles adyacentes, distinguiéndose las
ventanas continuas y horizontales que enmarcaban la propuesta; el rewsultado
era una arquitectura de claro corte funcionalista que hubiera sido referente
del Movimiento Moderno en nuestra ciudad. El diseño se modificó a petición del
Alcalde tras la polémica que suscitó la construcción de Cabo Persianas. El
proyecto definitivo se fecha en 1944.
El edificio se
vuelve más rígido a mostrar claramente las alineaciones de la parcela. La
planta del proyecto original también sufrió modificaciones. Se introdujeron los
cuerpos volados que existen a partir de la planta segunda lo que sin embargo
supone una ampliación de las superficies interiores que Gely y Arévalo
tradujeron en una racionalización de las estancias. La esquina se resuelve en
el interior con una única habitación con tres fachadas y es fondo de un pasillo
que conecta este espacio con la escalera de planta semicircular que se sitúa
junto a la única medianera que tiene el edificio. En este sentido se produce
una mayor optimización de la edificabilidad. Al exterior, se retomó un recurso
clásico de composición al unir la planta baja con el principal. Esta solución
permite que el edificio refuerce al exterior su verticalidad y su potente
volumetría. Los huecos se racionalizaron, buscando la estandarización propia de
la arquitectura moderna. Las fachadas que se ajustan a las alineaciones se
construyeron con fábrica de ladrillo visto, mientras que los volúmenes que
avanzan sobre la calle se enfoscaron. En planta y en alzado el edificio muestra
con rotundidad la simetría que impone la parcela, y la esquina, se convierte en
verdadero plano de abatimiento. Con su escasa dimensión asume con claridad la
confluencia de las calles que definen este pequeño plano de fachada.
Confiando
que les haya interesado esta entrada, nos despedimos, hasta pronto.
Me gustas mucho tu y tu afición.
ResponderEliminarBesosl